lunes, 4 de agosto de 2014

127 horas

Hola, he vuelto a ver esta película de Danny Boyle, comparandola con BURIED (ENTERRADO) y la verdad es que no se cuál es mejor, porque a pesar de ser un argumento distinto, tiene ese agobio que te mantiene hasta el final. Pues eso, que ahora os hablo de 127 HORAS, una película del año 2010, basada en una historia real. El personaje principal es interpretado por James Franco. La película me gusta por la fotografía, los paisajes y  el color. La película comienza con un hombre que se prepara su mochila de lo que van a ser los elementos habituales de un escalador y aventurero de la zona de los cañones de Utah. Llega en un coche y a la mañana siguiente, coge una bicicleta de montaña del maletero del coche y se prepara para ir por los cañones. En su camino conoce a dos chicas que parecen pérdidas, y le invita a guiarle por los cañones, pues él lleva bastante tiempo yendo por ahí. Tras pasar un día agradable, las chicas se despiden de él, invitándole a una fiesta que se celebrará el día siguiente. El acepta y sigue su viaje, con la mala suerte, de que baja por una grieta y una roca cae encima de él, aplastando su mano y parte del brazo. Las horas pasan y el protagonista no puede levantar la roca. Lo único que tiene en su mochila es una cámara de fotos, otra de video, cuerdas, una botella de agua, una linterna y un cuchillo que venía de regalo con la linterna, y cuyo filo no corta nada. A lo largo de las 127 horas que dura atrapado en la grieta, su brazo empieza a no tener sangre, el agua escasea y no puede moverse de la roca. Un cuervo pasa todos los días por encima de él, es lo único que ve, además de las hormigas que le suben por el cuerpo. Su mente juega con él, con sus deseos. Se verá obligado a beberse la orina cuando el agua se le acabe y ya empieza a hacer su diario de como está, grabando en su cámara. Al ver que no pasa nadie por ahí, que no puede levantar la roca y que no puede romperla, se verá obligado a usar su cuchillo para llegar a un futuro que no fuese morir en esa grieta. Paro aquí porque no quiero deciros el final, por si no habéis visto la película. Yo os invito a verla, porque lo que con otro director se puede hacer eterno, Danny Boyle sabe hacernos esperar y adentrarnos en la cabeza de ese personaje y lo que una persona puede hacer para salvar su vida. Aunque el mérito no lo tiene el director, pues como ya he dicho, es una película basada en la historia real de Aron Ralston, quien ha sacado un libro contando este accidente, llamado ENTRE LA ESPADA Y LA PARED.












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